Mercado laboral y recuperación económica

Miguel Ricaurte

Recientemente se relacionó el alza en el desempleo en Chile con una economía “debilucha”, asociación que hace pertinente revisar el comportamiento del mercado laboral en eventos de crisis en el mundo.

Cuando la economía de un país se desacelera o contrae, las empresas ajustan su dotación de trabajadores (casi siempre rápidamente) para mitigar costos ante menos ventas. Así, por ejemplo, durante lo más profundo de la crisis financiera en Estados Unidos, se destruyó cerca del 5% del empleo existente. Más aún, el empleo siguió contrayéndose por tres años, hasta mediados de 2010, y recién alcanzó un nivel similar al del período 2006 a mediados de 2013, ¡casi seis años después de que se gatilló la recesión! Esto, junto con una tasa de desempleo que se mantuvo muy elevada, llevó a hablar de “crecimiento sin empleo”.

¿Qué ha ocurrido en Chile? Aunque el cambio en la encuesta de empleo no permite tener una mirada precisa, sabemos que en lo peor de la crisis financiera internacional se destruían en torno a 70 mil empleos (1% del empleo previo a la crisis), pero a la vuelta de un año se estaba reponiendo ese empleo con creces, creándose casi medio millón de empleos durante 2010 y otros 200 mil al año siguiente. A diferencia del caso norteamericano, Chile, como la mayoría de las economías emergentes, tuvo una rápida salida de la crisis, ayudado por el sólido crecimiento chino y alzas en materias primas.

Con una recuperación rápida en la memoria, el desempeño del mercado laboral en los últimos años llama la atención. No obstante no haber vivido una crisis (recesión) en los últimos años, la desaceleración económica redujo significativamente la creación de puestos de trabajo desde promedios en torno a 190 mil empleos en doce meses entre 2011 y 2014, hasta menos de 130 mil entre 2015 y comienzos de 2018. La situación es más severa cuando miramos la creación de empleo asalariado, que pasó de casi 170 mil puestos en el primer período, hasta menos de 100 mil, con varios trimestres de destrucción.

Desde finales del año pasado el crecimiento doméstico ha repuntado, excediendo lo que se estima como potencial del largo plazo durante los últimos tres trimestres y muy por sobre el crecimiento promedio de 1,9% de los últimos cuatro años. Entonces, surge la pregunta de cuándo viene la mejora en el mercado laboral. Hay que recordar que el repunte en actividad, en parte debido a una baja base de comparación, no viene acompañado del mismo ímpetu en el resto del mundo. La creciente incertidumbre sobre el crecimiento global estaría limitando las perspectivas económicas en Chile.

El escenario dista de lo vivido al final de la crisis financiera internacional en Chile y comienza a parecerse a lo ocurrido en EEUU, donde el crecimiento económico se mostró más “fortachón” -excedió al potencial durante varios años sin que el mercado laboral mostrara gran mejoría. Al final del día, vuelve a hacerse palpable que debilidades o fortalezas externas son clave para el desempeño de la economía chilena.